Seguro que muchos estarán pensando que a qué viene esto de dedicar un post al reloj de sobremesa. Pues es muy sencillo: Durante años he observado a mucha gente trabajando, en diferentes puestos de trabajo y hay muchos patrones de comportamiento comunes, entre ellos el de mirar continuamente el reloj. Es muy curioso, pero hay personas que miran el reloj varias veces en el mismo minuto, como si no hubiesen memorizado la hora que es. Mirar la hora se ha convertido en una compulsión, como un tic.
Actualmente tenemos relojes de pulsera, reloj en el teléfono móvil o celular, reloj en el ordenador o portátil, en la tablet, en el coche, en los transportes públicos y algún otro. Para mirar la hora tendremos que interrumpir nuestra tarea que estemos haciendo.
Aunque no es objeto de este post, habría que saber cual es el motivo que genera tantas miradas al reloj y nos sorprenderíamos. Alguna personas miran el tiempo que les queda para irse, otras miran para saber que tiempo les resta en la tarea que están haciendo, otras veces es para saber cuanto resta hasta la próxima cita o reunión. Pero lo mas curioso es ese gran numero de personas que miran el reloj sin darse cuenta, sin observar la hora y sin preocuparle que hora es.
Lo que es muy cierto es que si sumamos las veces que se mira el reloj, las veces que interrumpimos lo que se está haciendo, las interrupciones verbales o no verbales, nos quedaríamos sorprendidos del número de interrupciones y de la cantidad de minutos.
Por todo eso, opino y recomiendo que tengamos un reloj de sobremesa, ubicado en una posición muy cómoda, para que sea fácil mirarlo, sin interrumpir ninguna de las tareas que estamos haciendo. Y mi recomendación es que sea un reloj digital, para facilitar aún más la lectura de la hora.
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