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REGLAS DE FORMULACIÓN CORRECTA DE OBJETIVOS


 

Normalmente oímos a las personas quejarse de que no consiguen cosas, de que tienen mala suerte, de que no entienden porque a ellos no y a otros sí y frases parecidas. Cuando estás en un mundo real, normal, imbuido por las múltiples tareas cotidianas, no percibes ese sentimiento de mala suerte, ese sentimiento de incapacidad. Pero cuando te mueves en un mundo de crecimiento interior y trabajas herramientas como las de la PNL o la Inteligencia Emocional, escuchas esos lamentos y te percatas de muchas cosas. Seguramente ya has trabajado el cambio o la consecución de objetivos y seguramente ya habrás escuchado decir que las personas creemos que nuestros deseos o suelos son objetivos. O quizás te han explicado ya que no podemos trabajar como objetivo algo que no sea tangible o que no dependa exclusivamente de ti. Y ahora entiendes a esas personas que te rodean, ellos no lo sabían, a ellos nadie se lo explicó. Están trabajando objetivos que no dependen de ellos o quizás incluso no son ni posibles objetivos. Pero eso no te lo enseñan en la Escuela, el Instituto, ni en la Universidad. Y realmente sería importante que lo enseñasen ya desde bien pequeños. Pero posiblemente ni los maestros saben como hacerlo. 

Y ahora, a la edad que tienes ya, tienes que aprender a formular objetivos, es como una vuelta atrás en tu vida. Pero no, no lo es, es un resurgir a una forma nueva de trabajar tus objetivos. Esta manera nueva no te garantizará que tus objetivos se cumplan, pero sí que te garantiza que al menos los formularás correctamente y podrás trabajar en ellos con solvencia, Realmente, si repasas tu vida verás que muchos objetivos que pudiste tener, no hicieron falta, ni realmente eran tan importantes. Pero en aquellos momentos, para tí eran vitales, fundamentales en tu vida. Otra cosa que no nos enseñan a trabajar es la paciencia, ni la templanza. Cuando queremos algo no queremos esperar y eso nos hace perder el norte en la mayoría de ocasiones.

Pues quiero deciros que no todo es malo, que no hay que decaer. Las mentes pensantes de la PNL analizaron y crearon una manera magnífica de trabajar para los objetivos, para poder formularlos correctamente. Estas reglas de formulación son sencillas de desarrollar y son un apoyo increíble para nuestros objetivos.

Un inconveniente muy habitual es que no sabemos redactar el objetivo y yo recomiendo, como siempre, un papel y vamos anotando en el papel lo que creemos y vamos modificando, en función de las reglas que vamos a ir leyendo. Si aún así no tenemos clara la redacción del objetivo, recomiendo hacerse muchas preguntas y en las respuestas lo encontraremos.

Voy a detallar y explicar estas Reglas de formulación. No tienen un orden determinado, pero sí que tienen una lógica bastante aplastante:

1. Todo objetivo debe de ser motivador. Aunque nunca nos hayamos planteado esta afirmación, realmente es algo fundamental. Si analizamos que toda conducta parte de una intención positiva y que además el Inconsciente no genera nunca nada que sea negativo para nosotros, es evidente que para trabajar un objetivo, éste tiene que ser motivador. 

2. El objetivo debe de estar siempre planteado en positivo. Esta es otra afirmación que seguramente nunca nos hemos planteado, pues entra en el grupo de temas obvios. Muchas veces la naturaleza humana plantea las cuestiones en negativo, como por ejemplo: "No quiero estar gordo" cuando lo correcta sería: "Quiero adelgazar"

3. El objetivo debe de depender totalmente de nosotros. Si las anteriores reglas de formulación eran bastante claras y evidentes, esta nueva es mucho más limitadora. Aplicando lo explicado en PNL, intentar trabajar algo que no depende de nosotros, sería una invasión de mapas, en el mejor de los casos o el inicio de una frustración, porque al no depender de nosotros, si no se obtiene el objetivo deseado lo más probable es frustrarse.
Esta nueva Regla de formulación viene a delimitar claramente nuestro ámbito de actuación. Y nos pone en un lugar perfecto: cuando un objetivo no depende en su totalidad de nosotros, lo que haremos será trabajar la parte que sí depende de nosotros y ese será nuestro verdadero objetivo.

4. El objetivo debe de tener un tamaño y un plazo adecuados. Y no se fija ni el uno ni el otro. Normal que no lo haga, pues eso depende de cada persona y cada uno tenemos puntos de vista diferentes. Yo opino que los objetivos han de ser más bien reducidos tanto en tamaño como en plazo. Pero no es una norma generalizada. Es la propia persona la que decidirá si el tamaño de  su objetivo es grande , pequeño o adecuado. Y en cuanto al plazo lo mismo. Quiero recordar que el objetivo no debe de prolongarse en el tiempo, por lo tanto creo que un límite correcto para cualquier objetivo es un máximo de 90 días.

5. El objetivo debe de ser una evidencia sensorial clara. Una evidencia sensorial clara es una visualización que incorpora sonidos y sensaciones, Esto significa que hemos de visualizar el objetivo cumplido y analizar como nos sentimos. Por supuesto hemos de tener unas sensaciones muy positivas de la visualización.

6. El objetivo debe de ser ecológico. Esto significa respetar la ecología del objetivo, Es simplemente que se ha de analizar si la consecución del objetivo puede perjudicarnos a nosotros o a alguien de nuestros entornos más cercanos.

7. Hemos de saber que recursos necesitaremos para conseguir este objetivo. En los recursos hay que incluir el tiempo, el esfuerzo y por supuesto la economía.

8. Hemos de analizar que recursos tenemos ya y cuales nos faltan por obtener. Esta última regla es una consecuencia de la anterior. Haremos un recuento de necesidades, descontaremos lo que ya tenemos en nuestro poder y el resto es lo que nos falta obtener para trabajar el objetivo.


Con ésto ya hemos acabado las Reglas de formulación y deseo que a todos os ayuden a conseguir vuestros objetivos. 



    

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